Como en casi toda lista, la de los convocados para la pretemporada de Jaguares tuvo ausencias y presencias notables. Algunos ubicaron en la columna de “sorpresas” el llamado del tucumano Tomás Albornoz, quizás por no haber pasado primero por la Currie Cup con Jaguares XV (como fue el caso de Mateo Carreras), pero lo cierto es que su inclusión en la nómina tiene bastante menos de sorpresa de lo que parece. De hecho, la oportunidad la merece desde hace rato. Además de ser uno de los jugadores más desequilibrantes del Regional del NOA (el año pasado fue elegido mejor jugador de la temporada por la URT), sumó actuaciones muy destacadas con Tucumán Rugby en los torneos nacionales, con la Naranja en los amistosos y también con Argentina XV. Habituado a desempeñarse como apertura hasta hace un par de temporadas, terminó de explotar como fullback. Finalmente, ha entrado en el nivel superior del sistema UAR.
“Estoy muy contento por esta oportunidad. Es un nivel muy exigente, así que estoy muy focalizado en esto para hacerlo de la mejor manera. Por suerte me vengo sientiendo muy bien”, expresó el jugador de Yerba Buena desde Buenos Aires, adonde debió mudarse para asistir a los entrenamientos en la nueva casa de Jaguares, ubicada la localidad de Ingeniero Maschwitz.
“Lo estoy viviendo a full, en mi casa y mis amigos se alegraron un montón y eso está muy bien, tener gente que te apoye es fundamental”, destacó Tomás.
“La verdad que me sorprendió que sea todo tan rápido, es un salto grande y para el que te tenés que preparar muy bien”, advirtió “Cepillo”, como lo llaman en Tucumán Rugby. Precisamente, su club es una de las cosas que debe dejar de lado por esta aventura. “Obvio que duele dejarlo, pero son oportunidades que no se pueden dejar pasar. Mi principal objetivo es poder sumarme al equipo y jugar partidos del Súper Rugby del año que viene. Soy consciente de que es muy difícil, pero para eso me voy a preparar todo este tiempo”.